Qué aleaciones de oro existen: datos interesantes
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Cuando hablamos de oro, se nos viene a la mente el metal precioso de color amarillo. Sin embargo, existe un gran número de sus tonalidades y tipos. ¿Sabe usted que el oro puede ser blanco, rojo e incluso azul?
En la foto: oro puro en todo su esplendor.
Tipos de aleaciones
Se trata, por supuesto, de aleaciones. Las joyas rara vez están hechas de oro puro. El hecho es que, en su forma pura, este metal es bastante blando, lo que, por supuesto, resulta poco práctico para el uso cotidiano. Para aumentar la resistencia, los especialistas le añaden ligas: otros metales. Las aleaciones tienen otras características y, por supuesto, el color, que es especialmente importante en la joyería. El tono de la pieza puede realzar o, por el contrario, estropear la impresión que causa la joya.
El oro puro es de color amarillo. Cuando se le añade plata, el tono se vuelve más claro. Para obtener un color limón, los joyeros aumentan el porcentaje de plata ligada. Para dar al metal noble un tono cálido, se utiliza otro metal añadido: el cobre.
La cantidad de liga es la que determina la ley del oro. Una de las más comunes es la 585. Esta aleación contiene cerca de un 14 por ciento de cobre y un 28 por ciento de plata. El oro de más baja ley, la 375, contiene la misma plata y cobre, así como paladio. En términos de calidad y apariencia, los productos fabricados con él pierden, por supuesto, frente a joyas de más alta ley.
Oro blanco
El oro blanco tiene un bonito tono frío y es muy popular en joyería. Entre las ventajas de esta aleación figura el hecho de que combina perfectamente con los diamantes.
El tono de la aleación se obtiene añadiendo a la composición plata, paladio, platino y níquel. La versión con platino es reconocida como la más práctica y valiosa. Este metal confiere resistencia a la aleación, la protege de rayaduras y deformaciones y, como resultado, la joya puede ser usada durante muchos años. Una versión más asequible del oro blanco contiene níquel. Se valora mucho menos, ya que no es tan resistente y tiene un tono amarillento. Además, esta aleación suele ser alergénica, por lo que hay que comprobar la susceptibilidad al níquel al elegir los productos.
En la foto: el austero oro blanco con baño de rodio se considera especialmente resistente al desgaste.
Oro rojo y rosa
La adición de cobre permite obtener oro rojo y rosa. La aleación resultante es resistente a los daños mecánicos. El oro rojo es una aleación y contiene un 50 por ciento de cobre en su composición, lo que le confiere su característico tono rojizo. El elegante tono rosado indica normalmente que se trata de una aleación de ley 585. Se compone del mismo oro y cobre, además de la plata, que da brillo a la aleación.
En la foto: un anillo de oro rosa, otra variante de color habitual, en la que el metal se tiñe con los tonos de los rayos del alba.
Oro verde
La aleación con un ligero tono verde tiene un 30 por ciento de plata en su composición. Esta aleación se llama electro. No se suelen fabricar joyas con ella debido a su alta fragilidad. A veces, el electro se combina con otras variantes del oro.
En la foto: algunos consideran que el oro verde es muy «exigente» en la elección de las piedras, ya que no todos los colores armonizan con él.
Oro azul
Para obtener oro azul, se añade a la aleación acero o cobalto e indio. El tono púrpura se obtiene añadiendo liga de aluminio y potasio.
En la foto: la impecable precisión en la formación de partes de aleación puede dar al mundo tanto un glamour sofisticado como un kitsch llamativo.
El aspecto de la inversión
Como vemos, la variedad de tonos de las aleaciones de oro crea las más amplias oportunidades para los joyeros. Por eso estas aleaciones son muy apreciadas.
En el ámbito financiero ocurre exactamente lo contrario. Para los inversores, el oro puro es tradicionalmente la opción más racional para invertir dinero. A diferencia de las joyas, el metal de inversión se vende con un margen de beneficio mínimo y, a largo plazo, su valor aumenta constantemente.
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