Los tesoros de oro de los transatlánticos hundidos de la White Star Line

Los tesoros de oro de los transatlánticos hundidos de la White Star Line

12.01.2024

 

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Hace más de cien años que dos majestuosos transatlánticos de la White Star Line descansan en el fondo del mar, con sus bodegas llenas de objetos preciosos. Sumerjámonos en las profundidades del pasado y conozcamos las entretenidas historias de algunos de estos tesoros.

El barco más famoso de la compañía es el Titanic. La trágica historia del transatlántico sigue despertando la imaginación incluso un siglo después.

 

Un collar de oro con un diente de megalodón

Esta primavera se hizo un nuevo hallazgo insólito entre los restos del barco naufragado. La empresa británica Magellan encontró un collar de oro con un diente de megalodón durante un escaneado digital del fondo del océano. El megalodón era una especie de tiburón enorme que vivió hace unos 20 millones de años.


Por desgracia, el equipo de investigación no pudo sacar a la superficie la pieza única. Según las normas de protección de la zona del naufragio, está estrictamente prohibido sacar cualquier objeto del pecio. Sin embargo, Magellan intenta encontrar a la familia del propietario del collar.

Es solo uno de los muchos objetos preciosos que se hundieron con el Titanic. Más de 2000 personas viajaron en el barco del Reino Unido a Nueva York. Los pasajeros adinerados llevaban obras de arte y joyas.

 

«Rubaiyat» de Omar Khayyam

Quizá el objeto más singular que se hundió en el océano Atlántico y aún no se ha encontrado sea el libro «Rubaiyat» del filósofo persa Omar Khayyam. Esa edición era considerada una auténtica obra maestra. Sangorski & Sutcliffe trabajaron en su exclusiva cubierta durante dos años.

Para la cubierta se utilizaron pieles preciosas, caoba, marfil, 1050 piedras preciosas y varios metros cuadrados de pan de oro. No es de extrañar que fuera una de las cubiertas más caras del siglo XX.


«Rubaiyat» fue enviado por barco a un coleccionista neoyorquino, que lo había comprado por la enorme cantidad de dinero de aquella época: 1900 dólares. Pero, lógicamente, el lujoso libro nunca llegó a su nuevo propietario.

 

Una pulsera con el nombre de Amy

Sin embargo, hay objetos que fueron encontrados y sacados del fondo. Durante la expedición de Robert Ballard se encontraron muchas joyas pequeñas. En 1987, los investigadores tuvieron la suerte de encontrar un bolso de piel lleno de joyas de oro, diamantes y piedras preciosas.

El hallazgo más intrigante fue una pulsera con el nombre de Amy. La cadena está hecha de oro rosa de 15 quilates y la inscripción tiene incrustaciones de diamantes. Los investigadores aún no saben a quién perteneció la pulsera. Solo había una Amy a bordo: una pasajera de tercera clase que se dirigía a Connecticut a trabajar y que, por cierto, sobrevivió al naufragio.


Un destino similar aguardaba a otro transatlántico de la White Star Line, el Laurentic. En 1917, el barco, que se utilizaba como buque de guerra, chocó contra una mina y se hundió. En sus bodegas había 43 toneladas de oro. 3211 lingotes del metal precioso estaban destinados a servir de pago por mercancías de uso militar.


El trabajo de levantar la valiosa carga fue extremadamente difícil y peligroso. Seis años después, los buzos lograron sacar a la superficie solo 3057 lingotes. Las siguientes décadas en el lugar del hundimiento del transatlántico continuaron las operaciones de búsqueda, gracias a las cuales se pudo encontrar 134 más. Los 20 lingotes restantes siguen descansando en el fondo del océano.

 

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