Un tesoro que se buscó con la ayuda de un poema
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Los preciosos tesoros no siempre son obra de piratas o conquistadores del pasado lejano. Hoy en día, también hay gente que esconde cofres de tesoros en lugares secretos. Uno de estos casos causó un gran revuelo en Estados Unidos.
Quería dar esperanza a la gente
Forrest Fenn dirigió una galería de arte en Santa Fe durante muchos años. En 1988, al amante de las antigüedades raras le diagnosticaron un cáncer que al principio parecía incurable. Entonces a Fenn se le ocurrió una ingeniosa manera de dejar un recuerdo de sí mismo: escondiendo un tesoro en algún lugar perdido e inspirando a la gente a buscarlo.
En la foto: Forrest Fenn.
La enfermedad fue finalmente vencida, pero Forrest no abandonó nunca la idea de organizar una búsqueda del tesoro. En 2010 publicó un libro autobiográfico, «La emoción de la persecución» (The Thrill of the Chase), en el que reveló que había escondido un cofre de bronce con objetos valiosos en las montañas al norte de Santa Fe.
El cofre contenía pepitas de oro, monedas, piedras preciosas, joyas finas y artefactos antiguos. El valor de todas las riquezas era de unos dos millones de dólares.
En la foto: Fenn codificó la ubicación del tesoro en un poema publicado en el libro. Las 24 líneas rimadas contenían pistas que conducirían al lector atento al lugar correcto.
El excéntrico millonario explicó que quería dar esperanza a las personas que habían perdido su empleo a causa de la crisis económica. También había soñado durante mucho tiempo con sacar a la gente de sus casas y llevarla a una aventura de búsqueda de tesoros a la antigua usanza.
Y la búsqueda comenzó
En 2013, la búsqueda del tesoro de Fenn fue presentada en el popular programa de entrevistas Today Show. El programa causó sensación: mucha gente se interesó por el tesoro.
Para muchos se convirtió en una obsesión. Se crearon páginas web temáticas, blogs e incluso se empezó a celebrar un festival anual para los buscadores del famoso cofre de oro. Hubo quienes dejaron su trabajo y vendieron sus posesiones para dedicarse por completo a la búsqueda.
A pesar del riesgo, los aventureros se adentraron en tramos peligrosos y escarpados de la cordillera conocida como las Montañas Rocosas. A veces esto tuvo consecuencias trágicas: se registraron cinco muertes.
La búsqueda del tesoro de Fenn duró varios años y en ella participaron unas 350 mil personas. Al final, a un afortunado le tocó la suerte.
Final de la historia
En junio de 2020, Forrest Fenn confirmó que su tesoro había sido encontrado. El iniciador de la carrera por el oro identificó su cofre en una fotografía que le había enviado un hombre que deseaba permanecer en el anonimato.
En la foto: el tesoro recién descubierto.
El afortunado buscador de tesoros reveló más tarde su identidad. Resultó que fue Jack Stuef, un estudiante de medicina, quien hizo el hallazgo. Jack Stuef se negó a revelar la ubicación exacta del escondite, para gran disgusto de las numerosas personas que llevaban años intentando descifrar la clave.
En la foto: Jack Stuef y Forrest Fenn observan el contenido del tesoro que conmovió a Estados Unidos.
Forrest Fenn falleció en 2020, poco después de que se encontrara su tesoro. Jack Stuef se comprometió a cumplir la última petición del difunto y a exponer el cofre vacío para que otros cazadores de tesoros pudieran admirarlo. Todos los demás objetos de valor el joven probablemente los vendió para pagar los préstamos estudiantiles.
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