El pabellón dorado de Konjiki-do

El pabellón dorado de Konjiki-do

18.01.2019

 

En el norte de la isla de Honshu cerca de la ciudad Hiraizumi se encuentra un conjunto de templos budistas, fundado por la familia Fujiwara que gobernó allí en los siglos XI-XIII.

El atractivo turístico más famoso de esta tierra es el monasterio Chusonji y su espléndido Salón Dorado incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

En la foto: el monasterio fue construido durante un período de paz que duró unos cien años y fue interrumpido por la guerra del clan Minamoto.

 

La historia del pabellón dorado

A principios del siglo XII el emperador de Japón ordenó al gobernador del norte que ordenara y decorara el monasterio. En los 21 años de trabajos ininterrumpidos fueron construidos y renovados varios templos, fundada una pagoda de tres niveles y el Salón Dorado de Konjiki-do que milagrosamente quedó intacto tras el incendio del año 1337 que devoró casi todos los edificios.

Hoy en día, el salón está dentro de una construcción protectora de cemento. Al templo lleva un camino con muchos escalones bajo la sombra de cedros de 400 años de antigüedad.

En la foto: el camino a Konjiki-do.

 

El pabellón está completamente recubierto de pan de oro. En su acabado se utilizó el esmalte tradicional japonés y el nácar. 

En la foto: Dentro del pabellón en el altar se encuentran 33 estatuas doradas.

 

El Salón dorado resistió a un terremoto

El monasterio Chusonji está situado a los 40 kilómetros de la costa del océano Pacífico, casi a doscientos kilómetros al norte de la central nuclear de Fukushima. El terremoto del 11 de marzo de 2011 provocó la destrucción de carreteras y edificios de la ciudad, sin embargo los templos quedaron intactos.

 

El oro protege el pabellón

El pabellón dorado tiene casi 900 años, pero sigue brillando como nuevo. El oro no lo deja envejecer, ya que no se oxida ni se deteriora. El metal amarillo durará miles de años y asegurará la mayor protección a Konjiki-do.

El pabellón de Konjiki-do es una representación budista del lugar ideal al que todos anhelan llegar después de la muerte. El 1 de enero de cada año en el templo se reúnen centenares de budistas para rezar por la paz y la prosperidad.

 

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