Oro de Reyes: Las Leyendas de Tres Coronas

Oro de Reyes: Las Leyendas de Tres Coronas

28.06.2017

El oro puede ser un misterio si nos sumergimos en las historias de familias reales del pasado. En este artículo encontrarás tres historias secretas que involucran al oro y a reyes importantes.

No importa cómo o por qué lleve un hombre una corona. Solo importa que la lleve”

Victoria Holt en “El Cardo y la Rosa”

La más misteriosa: la corona de San Wenceslao

¿Dónde?

En la catedral de San Vito, Praga (República Checa)

Características:

Esta corona está hecha de oro de 21 a 22 quilates. Mide 19cm de altura y pesa 2,5kg.

Está decorada con casi 100 piedras preciosas (19 zafiros, 44 espinelas, 1 rubí, 30 esmeraldas y grandes gemas azules, rojas y verdes), 20 perlas y una banda de oro con 4 lirios coronados con una cruz.

Historia:

La corona de San Wenceslao tiene más de seis siglos de antigüedad. El primer propietario de esta obra maestra de la joyería fue el rey Carlos IV de Luxemburgo. El rey añadió joyas a la corona a lo largo de su vida, por lo que aumentó su valor.

Todos los gobernantes checos (21 reyes y 18 reinas) pudieron ponerse esta majestuosa corona pero ninguno de ellos la llevó durante mucho tiempo. Y así fue como surgió la leyenda: una maldición de la realeza por la que los gobernantes chechos se mostraron reacios a llevar la corona.

Francisco José I de Austria, por ejemplo, nunca se atrevió a ponérsela. La leyenda dice que los gobernantes que no tenían derecho a llevar la corona estaban condenados a morir en cuestión de un año si se atrevían a ponérsela.

Una creencia popular dice también que, mientras que la corona esté en la República Checa, el país será próspero. Lo que es curioso es que hay evidencia histórica de que la corona ha estado fuera del país y la calidad de vida de la población checa disminuyó considerablemente en esas ocasiones.

He aquí vuestra corona: que aquel que lleva la corona inmortal, os la guarde largo tiempo.”

William Shakespeare en “Enrique VI”

La mayor tradición: la corona de San Eduardo

¿Dónde?

En la Torre de Londres (Inglaterra)

Características:

Un orgullo nacional de 2,23kg. Con 444 piedras preciosas, es una de las coronas más pesadas del mundo. Por eso hay una versión más ligera para coronar a los monarcas de hoy en día.

Está adornada con cuatro flores de lis y cuatro cruces patadas con arcos coronados por una cruz patada. El casquillo de terciopelo púrpura de la corona está decorado con armiño.

Historia:

La corona de San Eduardo fue realizada por el aclamado orfebre Sir Robert Vyner. Lleva el nombre de Eduardo el Confesor y es la corona oficial de las ceremonias de coronación. Se cree que la corona lleva elementos de otra que llevó Alfredo el Grande hace más de 11 siglos.

Como la corona fue destruida por los adversarios de la monarquía en 1649, Carlos II encargó hacer una nueva. La corona fue restaurada en 1661 y desde entonces, se considera una de las coronas con más valor, más incómodas de llevar y la que más pesa del mundo. Por este motivo se hizo una versión más ligera para la coronación de la reina Victoria en 1838. Este año, la reina Isabel II del Reino Unido, que ha cumplido 91 años, ha abandonado completamente este símbolo de poder monárquico por su gran peso.

La corona real no cura el dolor de cabeza

Benjamin Franklin

La más original: la Corona Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico

¿Dónde?

El Palacio Imperial de Hofburg en Viena (Austria)

Características:

Esta corona está hecha de oro de 22 quilates y está decorada con 144 piedras preciosas, entre ellas perlas, zafiros, esmeraldas y amatistas. Su forma no es nada convencional: en lugar de redonda, es octogonal, y tiene ocho placas con forma de arco en su parte superior.

Cuatro de las pequeñas placas tienen figuras y escenas de la Biblia, así como inscripciones en esmalte alveolado. Muestran a Jesucristo entre dos querubines, al profeta Isaac, y a los reyes Ezequías, Salomón y David. Su placa frontal está coronada con una cruz de oro.

Historia:

Los expertos creen que la corona data del siglo XI y que pertenece a los maestros de gran talento de Milán y la isla de Reichenau. Curiosamente, el nombre de la corona viene del de Carlomagno, que murió en el año 814, mucho antes de que se hiciera la corona.

En un principio, esta reliquia se guardaba en Núremberg y solo se sacaba de allí para ceremonias de coronación y cuando era necesario. Luego la trasladaron a Ratisbona y Viena. Su primer propietario fue o el emperador Otón I o su hijo, y durante siglos, esta corona ha servido lealmente a reyes y emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico.

¿De dónde viene la forma poco convencional de la corona? Una teoría dice que su forma octogonal hace referencia al contorno de Nueva Jerusalén (o ciudad de Dios). Además, el número 8 se consideraba el número del poder y de la revelación divina. El número de piedras de las placas frontal y trasera también es simbólico: representa a los 12 apóstoles y a las 12 tribus de Israel.

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