Vellocino de Oro: ¿mito o realidad?

Vellocino de Oro: ¿mito o realidad?

08.12.2023

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La antigua mitología griega ha influido notablemente en el nivel de la cultura y el desarrollo del arte en todo el mundo. Pero a pesar de su inmensa popularidad, nunca se ha percibido como algo más que una colección de bellas leyendas. Sin embargo, resulta que algunos mitos se basan en hechos históricos reales. Por ejemplo, uno de los cuentos de la Antigua Grecia habla de una piel de oveja dorada. ¿En qué se basa esta historia?

 

Vellocino de Oro. Inicio

Según la leyenda, el soberano de la ciudad griega de Orcómeno tuvo dos hijos, Phrixus y Gella. La segunda esposa del rey engañó a su marido para que los sacrificara a los dioses. En ayuda de los niños voló un carnero de oro que, poniéndoselos a la espalda, se los llevó al otro lado del mundo, a Cólquida. Allí les esperaba el rey Aeetes.

En el camino, Frixus perdió a Gella, y cuando llegó a Cólquida, permaneció allí durante mucho tiempo. Aeetes lo aceptó como hijo propio y, en agradecimiento, Phrixus sacrificó el carnero de oro al rey. La piel del carnero fue colgada en un viejo roble. Así nació el nombre del mito: «El vellocino de oro».

 

Los Argonautas. Un viaje peligroso

La historia de la piel de oveja dorada evoca muy a menudo asociaciones con el nombre de Jasón. Fue este mítico personaje quien partió en busca del vellocino, reuniendo a los amigos más valientes. Especialmente para este peligroso viaje se construyó el barco "Argo", por lo que Jasón y sus amigos fueron llamdos argonautas.

Al llegar a la costa oriental del Mar Negro, donde se encontraba Cólquida, Jasón se enteró de que no era tan fácil conseguir el artefacto. Pero con el apoyo de la princesa Midea, los viajeros consiguieron hacerse con el vellocino de oro.

 

¿Verdad o ficción?

Durante mucho tiempo se creyó que el vellocino de oro era solo una leyenda y no tenía nada que ver con la realidad. Pero los científicos georgianos descubrieron que en Cólquida el oro realmente se extraía de los ríos: las aguas rápidas arrastraban arena dorada desde las montañas, y los lugareños extendían pieles de oveja sobre rejillas especiales, utilizándolas como tamiz. Solo había que recoger las partículas de oro depositadas en la lana.

Los mitos de la Antigua Grecia confirman que el oro ha sido valorado desde tiempos inmemoriales. El metal precioso sigue desempeñando un papel importante en la vida de las personas incluso después de milenios, y sus aplicaciones no hacen más que ampliarse. 

 

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